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Dime con quien andas – y te diré que tan lejos llegarás

¿Sabes quien era el mejor amigo de Vincent van Gogh? Paúl Gauguin, uno de los Post impresionistas mas destacados.  ¿Y sabes quien era una muy buen amiga del escritor Ernest Hemingway? Gertrude Stein, una figura clave en el desarrollo del Modernismo. ¿Y sabes quien es una buena amiga de Oprah Winfrey? Gayle King, una de las presentadoras más exitosas de CBS (EEUU).

Así las cosas, hay quienes son partidarios de tener amigos que son buenos para la juerga, para chismocear y para ponerse al día de las vidas de la farándula.

La pregunta es: ¿Que tanto aporta eso a tu bienestar?  Lee eso de nuevo – ya que no me refiero a tu éxito.  Me refiero a tu bien estar.

Para alcanzar tu mejor versión en el 2013 sugiero te rodees con personas que te retroalimenten de forma honesta y constructiva, que te aporten conocimientos nuevos, te reten, inspiren, motiven – y que genuinamente les interese tu bien estar y tu exito.

Buena semana.

Go real slow, you’ll like it more and more…*

Si me preguntas cual es una de mis debilidades como profesional te respondería – luego de pensar como darle un spin constructivo – que soy una persona impaciente y como tal esperar me saca de mis cabales.  Algunos me tildarían “ambiciosa” y no impaciente, siendo que trabajo con un gran sentido de urgencia (solo observa lo rápido que camino) y busco alcanzar mas en el menor tiempo posible.

Después de varios años de andar a mil en mi vida laboral, entiendo que mi impaciencia nace de mi falta de confiar en los procesos.  Piensa en lo siguiente.  Cuando las cosas se dan con poca espera, comprueban su viabilidad de manera instantánea.  No es necesario confiar.  Cuando no se dan al instante, exigen que uno confíe, y hasta cierto punto tenga visión para entender que aunque no se han dado enseguida, una vez pasen por el proceso requerido, se darán.

Es decir, existe un mundo de diferencia entre que algo se demore y que algo se tome el debido tiempo para gestarse, para transformarse y pasar de ser una idea, de ser nada tangible, a ser algo – sea ese algo un producto, un objeto y demás.

Aireo mi debilidad en publico mas que todo porque se que no estoy sola con mi necesidad del ahora, la cual equivalgo a una falta de confianza en los procesos.  Mi búsqueda de soluciones empieza esta vez por entender la causa – la cual encontré en la nevera de verduras congeladas del supermercado de mi vecindario.

Observando las verduras congeladas, perfectamente cortaditas y empacadas en bolsas plásticas coloridas y brillantes entendí que vivimos en un mundo removido de los procesos.  Esos trocitos perfectos anaranjados de zanahoria congelados no dan evidencia alguna que salieron de la tierra.  La persona que no indaga mas podría pensar que las zanahorias son hechas por una maquina – y no que son un tubérculo que se toman su tiempo en crecer. Ni hablar de la maquina dispensadora de botellas de agua.

No es solo la comida y el agua que consumimos que tiende a no tener evidencia del proceso que pasa antes de llegar a nosotros – los consumidores.  Las blusas en un almacén no tienen rastro alguno de la destreza que tienen las manos que las cosieron.  Y mucho menos los carros que manejamos no nos dejan ver que esa maquina, a la cual le confiamos a nuestros seres queridos a altas velocidades, inició como una idea en la mente de una ingeniera – que luego trazo un bosquejo, muy posiblemente en la parte de atrás de una servilleta.

Simplemente vivimos en un mundo rodeados de productos terminados, donde pocas veces tenemos la oportunidad de evidenciar los pasos por los que pasan las cosas a nuestro alrededor antes de llegar a ser lo que son.  Aunque parecería poca cosa, en muchas formas esto fomenta una creencia colectiva que el producto terminado aparece por magia – sin nuestro esfuerzo, ni involucramiento.  Al mirar las verduras congeladas, empacadas en bolsas plásticas (sin trazos de tierra), las blusas nítidamente colgadas en un almacén y el carro brillante en un showroom, parecería que las cosas a nuestro alrededor no tienen una historia – simplemente aparecen – ¡voila!

Y eso es exactamente lo que esperamos en nuestro día a día. Que las cosas se den al instante.  Tal como sale una botella de agua cuando metemos 2000 pesos en la rendija de la maquina dispensadora.

Esto me da a entender que el mundo a mí alrededor me ha condicionado a ser impaciente – a esperar que las cosas sean para ya.  Es decir, la impaciencia no es parte de mi ADN – es algo que aprendí.  Y como tal puedo desaprender. (Uy que alivio)

Y bueno, ¿de donde nace mi afán de no ser tan afanada?

Mi cerebro hizo clic la semana pasada mientras veía la exposición del escultor Romano Barroco Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) en el Metropolitan Museum of Art (el Met) en Nueva York.  Me movió internamente ver sus bosquejos y sus esculturas en proceso – mucho más que sus obras terminadas.  Sentí que a sus obras terminadas les faltaba algo – más que todo evidencia del proceso por el cual habían pasado.  Estas ya no tenían marcas tan visibles de los movimientos del escultor, de su proceso de pensamiento.  Sus obras en proceso si.  Me dejaron sentir la respiración del escultor.  Siendo sin duda mucho más bellas, más poéticas, y en últimas más humanas.

Esa tarde en el Met entendí que por andar con afán, por esperar las cosas ya (o antes de ayer), a mi propia vida laboral le faltaba ese algo.  Aun después de casi 15 años de andar con el acelerador al máximo, se que puedo desaprender a lo que me condicionó el mundo industrializado, de producción masiva y automática.  Y mas que todo recobrar la historia – y la paciencia.

Para nada estoy diciendo que mi meta es irme al otro extremo y tornarme en la tortuga de la fabula.  Mas bien invito a todos los que hemos crecido en el mundo fast a pausar (así sea unos segundos) y repensar nuestro modus operandi. Es una invitación a tener el coraje para mirar a los ojos la razón real por la cual andamos a la velocidad que andamos.  ¿Cual es nuestra motivación?  ¿Es alcanzar más en menos tiempo?  ¿O es que no sabemos la diferencia entre cuando algo se demora y cuando algo se toma el tiempo que requiere para   transformarse de la nada a algo?

Buena semana.

 

*Frase de una de mis canciones preferidas de The Doors.

¿Te gusta la foto?  Es gracias al stroboscopio inventado por Harold Edgerton en 1931.

insisto en la perseverancia

Probablemente haz escuchado la frase de Woody Allen: “80% del éxito es aparecer”.

Aunque considero a Woody Allen uno de los genios del siglo 20, debo corregirlo y decir que, más que aparecer:

Quedarse1 es 80% del éxito.

Lo se porque lo he vivido, mas de una vez, en mi vida laboral.

El mejor ejemplo es la publicación de mi libro: ¡desArréglate!, el cual encontraras en librerías a fin de este año.2

Lo que quizás pocos saben es que ¡desArréglate! empezó como una pantalla en blanco en mi Mac, el lunes 4 de febrero del 2008, en mi apartamento en Sidney, Australia.  Ese lunes, a las 8am, empezó un proceso que duraría más de cuatro de años.

Si me hubiera rendido,  después de pasar 14 meses escribiendo el manuscrito y en mayo del 2009 una casa editorial en EEUU lo rechazo (con la explicación de que era la plena crisis financiera), jamás hubiera buscado océanos azules en Colombia.

Es decir, decidí perseverar. Y a pesar de que escribí el manuscrito en ingles,  procedí a buscar una casa editorial en Colombia.  Luego de que tres casas editoriales lo rechazaron (tengo la gran sospecha que fue porque estaba escrito en ingles – y como tal no lo leyeron), Random House Mondadori acepto mi (indecente) propuesta de traducirlo y publicarlo.

En resumen, ¿sabes que hubiera pasado si me hubiera rendido en el 2009 – al primer rechazo?  (Tambores de suspenso, por favor)

Nada.

Es decir, el manuscrito de mi libro ¡desArréglate! se hubiera quedado archivado en el disco duro de mi Mac.  Fin (trágico) de la historia.

Entonces ¿que saben los que perseveran – que no saben los que se rinden?

  1. Tienen metas emocionantes.  Más que metas claras,  para mantener la motivación a largo plazo, es importante trabajar hacia metas que te hacen sentir cosquillas de emoción.  Con una barita mágica en mano, piensa: ¿Qué es lo más grande que quieres alcanzar?  Guíate por tus ambiciones, deja tus miedos a un lado.
  2. Confían en los procesos.  La realidad es que los resultados tienden a darse en un tiempo diferente al que uno espera.  Entonces no confundas un tiempo de espera  mas largo con el fracaso.  Simplemente aprende a manejar tus expectativas – adapta tu horizonte de tiempo a la realidad.
  3. Escuchan un “no por ahora” – en vez de un “no final”.  Para llegar a un “si”, muchas veces es necesario escuchar varios “no”.  Bajo esa óptica, cada “no” que escuchas te acerca mas al “si” que buscas.  Así es que no te rindas al primer “no” – ni al segundo, tercero, cuarto…  Persevera hasta que escuches un “si”.
  4. Saben que hay más de una manera para conseguir resultados.  Lo que muchos llaman fracaso, es simplemente una retroalimentación saludable – que sugiere un cambio en estrategia.  Si al primer intento no consigues lo que buscas, simplemente cambia tu estrategia.  Si lo mismo pasa con la nueva estrategia…cámbiala hasta dar con la estrategia que funciona.
  5. No cuentan intentos – se enfocan en resultados. Eso es lo que cuenta.  ¿Y que si te tomo 10 intentos para alcanzar lo que conseguías?  La legenda va que a Thomas Alva Edison le tomo 10,000 intentos para mejorar el bombillo, y como consecuencia hacer masivo el acceso a la luz eléctrica.  Deja eso hacer eco en tu mente.
  6. Celebran pequeñas victorias y avances.  En vez de esperar al premio mayor para reconocer tus esfuerzos, (y botar la casa por la ventana), reconoce cada vez que te acerques, aunque sea mínimamente, a tu meta final.  Sin duda que esos pequeños pasitos de progreso ameritan una celebración.  Son esas pequeñas (y privadas) celebraciones que te llenan con la adrenalina que necesitas para seguir perseverando,  y buscando mas opciones.
  7. Perseverar no duele.  Aunque en muchos círculos la perseverancia esta asociada con esfuerzo e incomodidad, la realidad es otra.  Considera que pierdes si te rindes – y que ganas si perseveras.  ¿Capish?
Buena semana.

 

1. Y no me refiero a los raspa rumbas.

2. Publicado por Random House Mondadori – bajo el sello Grijalbo.

 

¿Te gusta la imagen?  Es el simbolo de perseverar en Mandarin.  El primer carácter significa fortaleza. El segundo fuerza y poder.

El sentido humano al rescate

Parecería que la frase “información es poder” es un trabajo en curso.

Por un lado es la información correcta la que conlleva al poder siendo que es poco útil surtirse de información incorrecta.  Por otro lado la información correcta utilizada de forma incorrecta, aparte de ser contraproducente, puede ser destructivo.

Así las cosas, propongo completar la frase de la siguiente manera:

“la información correcta utilizada de forma correcta es poder”

 Entendí esto luego de varios intercambios de trabajo con profesionales graduados de programas de maestría.  En repetidas ocasiones durante mi día a día, me he encontrado con profesionales sumamente bien informados – lo cual es evidente por su elocuente expresión dotada de términos de negocio encontrados en casos del Harvard Business School – que a la vez parecen autómatas por su repetición mecánica de dicha información.  Lo mas diciente es su lenguaje corporal de colegial bien comportado. Con postura exageradamente erguida proceden a expresarse con términos sacados directamente, sin digerir, de un texto universitario.  Lo cual hace evidente que su aprendizaje paró en la memorización de la información – y que poco la cuestionaron y analizaron.

Al parecer pocos graduados saben que la falta de apropiación del material aprendido resta – no suma a su poder.  Si observas bien, los profesionales más respetados (y muchas veces mejor remunerados) son aquellos con criterio propio, habilidad de proponer soluciones reales y sostenibles y capacidad para innovar.  Esto es algo que no se aprende en un programa de maestría.  Es producto de una mente y un corazón humano – y precisamente lo que nos diferencia de una maquina, que no tiene voluntad propia y hace lo que un humano la programa para hacer.

Buscando soluciones, me fui tras la causa de este comportamiento insípido e inhumano.  Sospecho que es la creencia de que el material aprendido en el programa de maestría es la verdad absoluta y como tal traerá poder al profesional que mejor lo repite. Al fin del día el común denominador opera bajo la creencia de que información es poder.

Sin duda esto hace un llamado a los programas de maestría a que incluyan cursos en humanización (lo cual no debe confundirse con las humanidades).

¿Entonces como profesional, como adquieres sentido humano?

1. La maestría es una un pieza de muchas.  En el rompecabezas que es tu vida laboral, la información que adquieres en un programa de maestría es parte de tu caja de herramientas como profesional; no es tu barita mágica.  Mas aun si “comes entero” y simplemente repites la información sin discernir cuando es correcto utilizarla y cuando no.  ¿Como sabes eso?  Usa tu mente y tu corazón para decidir.*

2. Eres un ser humano – trabajando con otros seres humanos. Como ser humano estas dotada de razón y corazón.  Para obtener resultados sostenibles, atrévete a decidir con ambos. Una escena en la película People Like Us es una representación acertada de lo anterior.  En una escena cargada de emociones, muestra a una mujer hablando por celular con una representante de servicio al cliente de una aerolínea, tratando de cambiar un vuelo para que tanto ella como su pareja lleguen a tiempo al funeral de su suegro.  La mujer, al encontrarse que la representante de servicio al cliente le repite roboticamente la póliza de cambios, la mujer le grita – “¡estas hablando con un ser humano…compórtate como uno tu también!” Ante ese llamado la representante de la aerolínea escucha las necesidades de la mujer y eventualmente cambia el vuelo.  Es decir consigue resultados.

3. Ser mas humana te suma – no te resta como profesional.  Líder es la profesional con pasión, iniciativa, habilidad de escuchar (no solo oír) a los demás, con criterio propio, visión para tomar decisiones sostenibles y la habilidad de primero relacionarse para luego influenciar a los demás.  Todo lo anterior es dominio de seres humanos – si no ya hubieran reemplazado a la Presidente o CEO donde trabajas por un computador.

Buena semana.

 

*Según un estudio hecho por FORBES en el 2002 de 440 CEOs de las empresas en el Fortune 500 en Estados Unidos, 38% tenían un diploma de maestría (MBA).  Y los 163 que no tenían un MBA (u otro diploma avanzado), obtuvieron mejores resultados que aquellos que si.

 

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Lonchera de campeones

En este post respondo lo que dejé  pendiente en el post de la semana pasada:

Si como profesional, la grandeza es lo que buscas alcanzar, ¿como nutres el trío dinámico – tu mente, alma y cuerpo (a tu m.a.c.)?

Es decir, ¿que más que un juguito en cajita y una barra de chocolate es recomendable incluir en la lonchera que llevas al trabajo?

Mente – Solo es cierto que buena información conlleva al poder, ya que si basura entra a tu mente, basura saldrá.  Así que procura consumir solo información de la mejor calidad.   Para lograr esto, aprende a filtrar el bombardeo constante de información.  No lo ingieras sin antes calificarlo.  Y practica la ignorancia selectiva.  Esta bien no saberlo todo (toditico) – ya que saber por saber poco aporta a tu éxito.  Más bien identifica brechas en tu conocimiento, aquello que necesitas saber para alcanzar tus metas, y procede a crear puentes.  Por ejemplo, en mi propia vida profesional he identificado que necesito más conocimiento acerca del área de finanzas.  Como tal, desde hace 6 meses me he dedicado a leer sobre el tema – a diario.

¿Qué considero son buenas fuentes de información (y de las cuales consumo por cantidades)?  TED.com, Harvard Business Review, Authors@Google y www.silvanaroiter.com

Alma – Quitemos algo del camino: el alma no tiene marca.  Es decir, el alma humana no es ni musulmana, ni hindú, ni judía, ni cristiana – ni de ninguna de las demás religiones practicadas en el mundo. Eso quiere decir que es muy diferente ser religioso a ser espiritual.  Entonces es posible que el alma se nutra con religión, como es el caso para muchas personas.  Mas es la espiritualidad, no la religiosidad, lo que realmente nutre nuestra alma.  Ademas cada alma es única, incluyendo la tuya, como tal, requerirá de nutrición (espiritual) única.  Para saber que nutre tu alma, aprende a escucharla.  Puede ser que ir a un templo a rezar la nutra, o a un museo, o crear una obra de arte, o ver un ballet o un buen partido de futbol, o dar tiempo a los más necesitados.

Lo principal es que seas consciente de que hay una parte de ti intangible y que aunque no la ves, existe, y forma parte integral de tu caja de herramientas para alcanzar la grandeza.

Cuerpo – En el mundo laboral, de escritorio y tacones, la principal meta con tu cuerpo es mantenerlo saludable para que no te estorbe.  Es decir, al cargar con un cuerpo enfermo se torna más difícil alcanzar tus metas.  En cambio un cuerpo saludable apoyara tus metas.

Existen una multitud de teorías acerca de como mantener el cuerpo sano – por el mayor tiempo posible.  Por ejemplo, hay la teoría de que solo comer frutas es lo mas optimo para el cuerpo; o la teoría que comer solo verduras es mejor; como también hay quienes predican que una dieta rica en carne, lácteos y harinas es lo que mas fortaleza da.  En fin, mi objetivo no es ganar el debate. Es mas bien hacerte consciente de que en cuanto a la nutrición no hay verdades absolutas. Solo hay cuerpos diferentes con distintas necesidades.  La clave esta en aprender que optimiza tu propio cuerpo y que no lo hace sentir tan bien.  De esa forma sabrás que alimentos incluir en tu dieta – y cuales eliminar.

En mi caso, después de años experimentando, concluyo que ser vegetariana – sin comer pescado, ni lácteos – optimiza mi cuerpo.  Con eso quiero decir que noto que mi sistema inmunológico es lo más fuerte ya que no me dan tantas gripas – y cuando me dan, me recupero más rápido.

Entonces recomiendo que te informes, experimentes – y más que cualquier cosa, aprendas a escuchar a tu cuerpo.  Es una maquina que lleva mas de tres millones de años en evolución. Tiene las respuestas.

Buena semana.

 

¿Te gusta la foto? Gracias Charles C. Ebbets por Lunch atop a Skyscraper, New York Herald Tribune, octubre 1, 1932.

 

Juego Serio

(Cláusula: Los videos que incluyo en este post fueron escogidos por sus contenidos visuales y musicales.  No apoyo los productos vendidos por las empresas que los han creado para pautar en los Juegos Olímpicos Londres 2012.)


 

Hace aproximadamente 72 horas empezó una de las muestras más dicientes de lo grande que puede llegar a ser una persona.  Eso es lo que es realmente una olimpiada.  Evidencia de que los sueños si se convierten en realidad.  También de que toma mucho más que querer algo para alcanzarlo.

Mucho más:

1. El trío dinámico; cuerpo, mente y espíritu.  Para dar su mejor desempeño en una competencia, una atleta requiere de que su cuerpo este descansado y se sienta liviano y fuerte; que logre concentrase y enfocar su mente; y mantener prendido su espíritu competidor para seguir luchando aun cuando va perdiendo.  Es cuando alguno de esos tres falla, como por ejemplo cuando un músculo se encalambra, o el publico desconcentra con sus chiflidos, o su espíritu se siente derrotado por ir perdiendo por mas puntos de lo que considera posible sobrepasar, que su desempeño se ve afectado.    

¿Y esto que tiene que ver con tu existencia entaconada y de escritorio?  Al igual que los atletas que hoy compiten en los Juegos Olímpicos de Londres, tú también cuentas con esas tres áreas para dar tu mejor desempeño – y para alcanzar tus metas como profesional.  Como tal, si la grandeza es lo que buscas en tu vida laboral, procura nutrir tu cuerpo, mente y espíritu.  ¿Cómo? Eso es tema de otro post.

2. Para ganar hay que saber perder.  Ser un buen perdedor no quiere decir, ni por un nanosegundo, aceptar que hay otros mejores que uno y rendirse en la cara de lo que se percibe como un contrincante mejor.  Quiere decir entregarse por completo a la competencia, con cuerpo, mente y espíritu y que si aun así se pierde, esa derrota no es el fin del camino.  Es más bien una retroalimentación que contribuirá a tu mejora continua – como atleta o contadora, o abogada, o doctora o vendedora.  Es por eso que luego de una derrota es tan importante tomar inventario de lo que se hizo bien – y de lo que se podría haber hecho mejor.  Esto aplica en medidas iguales al cubículo y al campo de juego.

3. Ventaja innata (sin esfuerzo) es solo el comienzo.  Sin duda hay quienes tienen ventajas sobre otros, sin realmente esforzarse.  En el mundo del deporte, por ejemplo esta Ian Thorpe (conocido como Thorpedo), nadador Australiano quien gano tres medallas de oro en los juegos olímpicos de Sydney y dos en los de Atenas.  Ian  calza talla 17.  Así nació – con una característica que es considerada una ventaja sobre otros nadadores.  De igual manera, en el mundo laboral encontramos personas con habilidades que no se esforzaron para tener, como aquella colega que intuitivamente analiza oportunidades de negocio, o la colega que es excelente negociadora. 

Aunque como su nombre lo dice, una ventaja innata no es suficiente para alcanzar metas.  En realidad es solo el comienzo ya que requiere de disciplina, enfoque, perseverancia y mas para realmente aprovechar una habilidad con la cual se nace.  Si no me crees pregúntale a Ian porque no clasifico para la Olimpiada de Londres, aun cuando calza 17.

4. Metas – todas cuentan.  En el campo de juego o del trabajo, suele tomar años alcanzar las metas mas grandes.  Por ejemplo, para una atleta clasificar para la Olimpiada, es necesario que clasifique a nivel local, luego regional y así sucesivamente hasta que clasifica al equipo de su país.  En el mundo laboral, posiblemente debas abrir varias cuentas pequeñas y medianas, antes de que te den la oportunidad de abrir una cuenta multimillonaria.  En la práctica es la suma de alcanzar metas chicas las que hacen posible alcanzar la más grande.  Por eso todas las metas, grandes, medianas y chicas cuentan.  Procura prestar atención a los pequeños avances – y celebrarlos.  Son esas (ni tan) pequeñas victorias las que trazaran tu camino a la sima.

5. Un equipo sólido.  Las piezas de un equipo ganador son individuos ganadores.  Es decir, es necesario que cada individuo en el equipo optimice sus propias habilidades – y las ponga al servicio de la meta del equipo, que es anotar puntos a favor.  Además, los equipos que sobresalen tienden a ser buenos en la ofensiva (sean goles, canastas, puntos) y en la defensiva – o prevención de que el otro equipo anote. Y si prestas atención, sabrás que en el mundo de los deportes poco se escucha de un equipo en el cual un jugador le hace, intencionalmente, zancadilla a otro de su mismo equipo para que no haga un punto favor.  En vez se escucha como los otros jugadores le hacen pases al crack para que anote cuantos puntos pueda. Toma nota mental de eso.

Buena semana – y que sigas disfrutando el despliegue de grandeza que se esta transmitiendo en estos días desde Londres.

Promiscuidad permitida

La lealtad hacia una empresa o empleador esta tan paseé como las medias con bolita. En el mundo globalizado e híper competitivo de hoy, la estamina profesional ha sido reemplazada por la promiscuidad laboral.  Y no es porque nosotros los empleados buscamos la satisfacción inmediata, o porque somos cortoplacistas o porque sufrimos del Síndrome de Déficit de Atención.  Cada vez mas, los empleadores entienden que en el balance final, resulta mas lucrativo un equipo de profesionales que producen resultados en 12 meses que un grupo de personas que durante 12 años van a hacer acto de presencia.

Entonces si al igual que yo haz ocupado varios puestos en un espacio de tiempo considerado corto – y como tal tu hoja de vida grita ¡promiscuidad laboral! no entres en pánico – ni dejes a un lado tus ambiciones.  En vez:

  1. Saltar empleos no es el elefante en el cuarto.  Aunque una hoja de vida con varias paradas tiende a despertar sospecha en futuros jefes, una trayectoria laboral prolífica en logros la tiende a calmar.  Así es que ármate con argumentos de peso, ejemplos y demás para demostrar que tu real motivación profesional es contribuir y producir resultados donde sea que trabajes – así permanezcas tan solo meses.
  2. Tener talento paga.  La buena noticia es que si llevas un tiempo prudente trabajando, probablemente poseas más de un talento. La clave esta en reconocerlos y luego saber demostrarlos en entrevistas. Empieza haciendo una lista de tus competencias, fortalezas y experiencias que han creado un mayor impacto positivo. Aquí no hay campo para humildad ni prudencia.
  3. Que no falte interés.  De muy poco sirve poseer competencias para llevar acabo un trabajo si poco te interesa realizarlo. Ese interés es lo que comúnmente llaman pasión y compromiso. Siendo que ambos están directamente relacionados con tus valores personales, no son fácil de fingir, por lo menos no por un periodo de tiempo extendido.  Piensa en eso la próxima vez que te encuentres frente a un futuro empleador – ya que si finges, la más perjudicada serás tú.

Buena semana.

El parámetro eres tú

No es necesario ser entrevistado por Cala (CNN en Español) o aparecer en Sony Entertainment Television o tener un titulo glamoroso para ser visto como ejemplo por otros profesionales.

Por muy abajo que te sientas en la cadena alimenticia y por ende creas que pasas desapercibida como profesional, existe mínimo otra persona que se siente por debajo de ti.  Como tal esa persona, o posiblemente más de una, te considera el parámetro a seguir en uno o más aspectos de su propio trabajo.  Así es, ahora mismo, mientras lees este post, mínimo otra persona, te considera una profesional con cualidades imitables.

Posiblemente no sabes quien es tú admirador profesional (o admiradores) ya que este no se sienta en el cubículo más cercano – o ni siquiera se encuentra dentro de las paredes de la empresa donde trabajas.  También es posible que esta persona jamás se te haya acercado a pedir un consejo o te haya confesado su admiración profesional.  Posiblemente nunca lo haga. Aun así, garantizo que allí esta, tomando notas.

Apunto a esto no para hacerle un masaje (gratis) a tu ego. Más bien para llevarte a repensar como actúas en tu día a día – y mas allá.

Sea que tienes un fan o todo un entourage, eres un parámetro. ¿Ahora que?

Primero miremos que no quiere decir esto para tu carrera:

  1. Porque importas – no quiere decir que los demás pueden dejar de importarte.  Es decir, no confundas el carisma con la lamboneria.  En cualquier nivel de la cadena que te encuentres, ser carismático no deja de ser un requisito.  En cuanto a la lamboneria – en ningún nivel ser lambon produce resultados sostenibles.
  1. Porque otros te observan – no quiere decir que ya no puedes acudir a otros por respuestas.  Una carrera saludable jamás esta libre de preguntas, por tanto es necesario mantener una red de mentores y consejeros – te sientes en la oficina con ventana o en cubículo.  Muéstrame a un sabelotodo y te muestro a un profesional que esta privando de oxigeno a su propio desarrollo.
  1. Porque otros acuden a ti – no quiere decir que necesitas ser libre de errores. Al igual que el carisma, ser humano y como tal cometer errores en el trabajo, van de la mano.  Entre más abierta estés a aceptar tus errores, mas rápidamente aprenderás de ellos.  Si quieres ver a un profesional estancado, busca al perfeccionista.

Entonces que quiere decir esto para tu carrera:

  1. Porque importas – tu círculo de responsabilidad es más amplio de lo que creías – y como tal tus decisiones y acciones tienen mayor resonancia.
  1. Porque otros te observan – tienes la oportunidad de hacer una diferencia en sus vidas. Aprovecha esto responsablemente.
  1. Porque otros acuden a ti – quiere decir que tu criterio es acertado.  Continúa desarrollando tu opinión.  La mejor manera de hacerlo es poniendo al banquillo lo que los demás te dicen.  Mira el tiempo que te toma llegar a tus propias conclusiones como una inversión en tu desarrollo profesional. Al continuar siguiendo a ciegas las opiniones de los demás arriesgas jamás desarrollar la tuya.  Para una empresa o equipo de trabajo, un integrante sin opinión poco valor agrega.

Buena semana.

Es Lo Que No Es

Lo se. Es confuso.

Como empleados, por un lado tenemos a la constitución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) diciendo que el máximo de horas que un empleador puede exigir a un empleado a trabajar son 48 a la semana – y 8 en un día.  El simple hecho de que exista una organización que pertenece a las Naciones Unidas, creada para proteger a los empleados, supone una relación desigual entre empleado y empleador. El mensaje implícito es “porque poco control tienen los empleados, deben ser protegidos de empleadores malvados”.

Por otro lado recibimos el mensaje de que como individuos somos responsables de alcanzar  un balance en nuestras vidas.  En vista de que el numero de horas que pasamos trabajando impacta sobre ese balance, el mensaje implícito es “como empleados estamos en control de cuanto tiempo pasamos en nuestro trabajo”. 

Entonces ¿cual es la realidad? 

¿Cómo empleados tenemos control sobre cuanto tiempo pasamos en el trabajo – y como tal no necesitamos la protección de una entidad como la OIT?  O ¿si no controlamos cuanto tiempo trabajamos, es realmente nuestro jefe (o empleador) el que tiene el control? Es decir, ¿es realmente nuestro jefe el malvado de la película?

Por mucho control que aparente tener tu empleador sobre ti, la realidad de nuestro mundo globalizado es que la empresa en la cual trabajas es un jugador mas en un juego de alta complejidad – en el cual participan incontables jugadores – incluyéndote a ti como empleada y consumidora.  Como tal, para competir lo que tu empleador necesita de ti – y de tus colegas – depende mas de fuerzas externas al negocio.  En otras palabras, no culpes a tu jefe – o busques vengarte de ella la próxima vez que te quedes trabajando pasadas las 7 de la noche.

La realidad es que estas sintiendo la fuerza de la globalización.

En un mundo aplanado por la tecnología y por tratados de libre comercio, es necesario repensar la relación de empleado-empleador. Cuando antes era suficiente marcar tarjeta como empleada para apaciguar a un jefe, ahora, si la empresa en la cual trabajas va a competir, necesita contar con empleados autónomos, enfocados en la calidad de sus resultados.  

Ha llegado la hora de entender que tu y tu empleador tienen retos en común. Trabajando unidos es como en el nuevo ámbito encontraran soluciones a estos retos y aprovecharan oportunidades. Mientras dejas eso marinando en tu mente, te recuerdo que la competitividad de la empresa en que trabajas no solamente beneficia a tu empleador. También te beneficia a ti – y a la comunidad en que vives.

Menciono esto no para asustarte, más bien para ayudarte a estar mas preparada – y a ejercer el control que tienes sobre tu contribución como empleada.  Aunque aprender ingles ayudara a tu carrera en un mundo globalizado, darás una lucha más fuerte en la medida que sigas estos tips: 

  1. Ambición – En un mundo globalizado no hay campo para delegar la ambición a tus colegas de personalidad tipo A. Tal como las empresas necesitan ser innovadoras para competir en un mundo globalizado, como empleada, ser ambiciosa es una necesidad no un lujo.  Duerme tranquila si hoy por hoy no te consideras ambiciosa. Por empezar, la ambición es parte de la esencia humana.  Es la búsqueda de ser cada vez mejor – y como tal es el motor de la evolución.  Es decir, si no fuéramos ambiciosos, como especie no hubiéramos descubierto el fuego, ni la rueda – ni lo demás que nos ha permitido evolucionar al punto en que nos encontramos hoy por hoy. Si no sientes ambición es porque esta dormida – no porque no existe en tu interior.  Tu ambición interna despertara el momento que decidas tomar responsabilidad por tus resultados.  La auto responsabilidad funciona como un suiche.  Préndela.
  2. Consciencia Global – Cada día es más evidente que no trabajamos ni consumimos en un vacío local.  En un ámbito laboral que es cada vez más global, tu competencia como empleada trasciende fronteras geográficas. Tu mayor competencia ya no se sienta en una empresa en tu misma ciudad, o país.  Tú mayor amenaza como empleada Colombiana trabaja desde una fábrica, cubículo u oficina en Estados Unidos, Brasil, China e India (entre otros).
  3. Responsabilidad Local – Si adelantas la película, la industria local solo podrá sobresalir en la medida en que tú y yo, los locales, la apoyemos y defendamos.  No es cuestión de orgullo nacional – es cuestión de sostenibilidad a futuro. Esto no es un llamado a la anti globalización, ni en contra de tratados de libre comercio. Ambos traen beneficios.  Más bien es una oportunidad para despertarte a las responsabilidades que tienes como empleada y consumidora local.

Piensa en esto la próxima vez que escojas comprar un producto hecho China en vez de uno fabricado en Colombia.  Piensa en esto la próxima vez que te sientas victimizada por un jefe – que seguro siente mas presión que tu frente a la fuerza de la globalización.

Buena semana.

Vista Panorámica

hughLuego de pasar horas frente a obras de arte tan reconocidas como El Jardín de las Delicias (El Bosco), Las Meninas (Diego Velazquez), 2 y 3 de Mayo de 1808 en Madrid  (Francisco de Goya), La Guernica (Pablo Picasso), y Composición VI (Vasily Kandinski),* es evidente que para hacer historia, seas artista, empleada o empresaria las reglas del juego son las mismas.

  1. Tomar riesgos. Los artistas se arriesgan desde ese instante que deciden crear algo que no existe. Si no lo hicieran, jamás crearían una obra.  En el mundo del trabajo es cuando te sales de tu zona de comodidad cuando progresas – y avanzas en tu carrera.  Es imprescindible tirarse al agua – y empezar a nadar. Así sea en la dirección contraria. Ya que solo la retroalimentación de tus acciones son las que te permiten encontrar soluciones. Es decir, paralizada en el borde de la piscina, solo veras a otros nadar – y a la vez aprender de sus errores y retos, y de esa forma progresar.  Intenta verlo como un juego en el que única forma de divertirte es jugando – no mirando a otros jugar.
  2. Autoconfianza. Aquellos artistas, al igual que gran parte de personas en el mundo de los negocios, que han hecho historia, han sido innovadores.  Eso quiere decir que hicieron lo que otros antes que ellos no habían hecho – y posiblemente tampoco creían posible. Como tal su único punto de referencia eran ellos mismos – ya que si buscaban aprobación externa arriesgaban ser tildados de locos (cosa que en algunas épocas les costaba la vida).  En cierta forma su autoconfianza era su mejor aliado.  En el mundo del trabajo la colaboración y el trabajo en equipo no dan vía libre a la falta de autoconfianza. Ambos producen los mejores resultados cuando cada integrante cree en si mismo – y aporta al máximo sus fortalezas.
  3. Disciplina. Posiblemente la reputación que tienen los artistas de tener vidas personales desordenadas (dentro de los nombrados anteriormente, la mas memorable es la de Picasso), opaca lo exigente que es el arte como profesión.  Ni por un nanosegundo dudes del rigor y de la metodología que se requiere para  hacer buen arte – ese que hace historia. Aunque existen diferentes estilos de trabajo; hagas lo que hagas, desde donde mas te convenga, de la forma como mejor te parezca, a las horas que escojas, recuerda que los mejores resultados se alcanzan por medio del trabajo enfocado, realizado con compromiso – ambos requieren de disciplina.
  4. Visión. Es precisamente un mayor desarrollo, innato o facilitado, de la inteligencia visual la que lleva a muchos a ser artistas.  ¿Ya que como mas se crea algo de la nada? Aun así, el hecho que no lleves la marquilla de artista, no quiere decir que no tienes capacidad de visualizar – y ser creativa para ver más allá de lo tangible. Trabajar dentro de un cubículo u oficina no excluyen la creatividad.  Sea que estés trabajando con Excel, PowerPoint o SAP,  hay campo para tu creatividad.  Si alguien – por ejemplo tu jefe – te dicen lo contrario, re lee el punto 2.

Buena semana.

*Escogí no mencionar a mujeres artistas – aunque abundan en la historia de la humanidad. Es mi forma de resaltar la falta de obras de mujeres en los principales museos de Madrid.  Curiosamente en el Museo Reina Sofía se encuentra 1 planta – de 5  – destinada a obras de mujeres. Aun así, las presentan dentro de un contexto feminista. Trato que insinúa que una mujer no feminista no es artista.

¿Te gusta el cartoon? Gracias Hugh MacLeod – encuentra mas en este link.