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¿Por qué un mundo desArréglado es un mundo mejor?

humanize-pr-marketingMi libro ¡desArréglate! es parte de una conversación que busca humanizar el ámbito laboral. ¡desArréglate! es diferente  por que no critica el sistema de leyes, ni las políticas y practicas de los departamentos de recursos de humanos.  Esto en vista de que yo creo que el ámbito laboral, gracias a un sin numero de reformas,  en el 2014 es lo mas humano que ha sido en la historia del trabajo. Para los que aun lo dudan, les recuerdo acerca de lo que empleadores ofrecen a empleados; tiempo flexi, días personales remunerados, el tele trabajo, subsidios para educación superior, créditos de vivienda por medio de fondos de empleados, licencia de maternidad remunerada para mamas y papas…y la lista continua.

Por eso¡desArréglate! hace un llamado masivo a que los empleados se responsabilicen por su propia condición humana – y empiecen a percibir su vida laboral como una fuente de significado y propósito en su vida.

Entonces ¿como un empleado se relaciona de manera humana con su trabajo?

  1. Entendiendo que es su responsabilidad.  Un jefe, ni una empresa tiene el poder de quitarte tu condición humana – ni de dártela.  Tu decides como percibes tu trabajo – si es algo que le resta a tu bienestar  o si es una pieza integral de tu vida, que sin duda contribuye a tu bienestar. Si decides lo ultimo haz iniciado el camino a trabajar como ser humano.
  2. No existe el tiempo libre – tampoco existe el tiempo para trabajar.  Ambos son una invención lingüística de Pedro Picapiedra.  En realidad tu y yo solo tenemos tiempo de vida.  Depende de cada uno de nosotros como llenamos ese tiempo de vida – que sin duda es limitado.  Mas aun esta dentro de nuestras posibilidades llenar ese tiempo con practicas que nos hacen sentir satisfechos.  La diferencia radica en preguntar ¿qué hago CON mi tiempo de vida? en vez de preguntar ¿qué hago EN mi tiempo de vida?  La vida no es algo que se encuentra, es algo que se crea.
  3. ¿Qué te guía? ¿Llegas el lunes en la mañana a la oficina arrastrado tus pies, sintiéndote arriado – y guiado por la ley del mínimo esfuerzo – pensando que tu jefe es un villano malgeniado – y que los clientes son unos jodones insufribles?  ¿O dedicas tiempo a encontrar como nutrir tu mente, tu alma y tu cuerpo, por medio de lo que haces con tu tiempo de vida?  Recorderis: los humanos tienen mente + alma + cuerpo.
  4. La relación es mas importante que la transacción.  Sea que estes buscando vender algo, negociar un alza de sueldo o manejar a un equipo – la constante es que hay seres humanos involucrados.  Siendo asi, es mi filosofía que vender, negociar y manejar personal es el inicio de una relación – no el fin de una transaccion.   Ante eso, la relación es mas importante que la transacción.  Preservar la relación no se hace por medio de buscar ser querido por todos – y llegar a resultados que no te benefician. Se logra humanizando cada encuentro.  Por ejemplo, al dar retroalimentación a un empleado primero busca ganarte su confianza.  Dile algo bueno que ha hecho.  Luego apunta a su oportunidad para mejorar. Y termina acordándole lo bueno que es.  Eso no es ser un jefe lambón – ya que la pregunta es ¿si ese empleado no tiene nada bueno para ofrecer – entonces porque estas perdiendo el tiempo de ambos apuntando a sus oportunidades para mejorar?  Ahorrarías tiempo despidiéndolo  – y problema resuelto.  La realidad es que si estas retroalimentado a un empleado, quiere decir que ese empleado tiene mucho para ofrecer – y que un aspecto (o pocos) – podría mejorar.  Asegúrate que ese sea el mensaje que le comunicas.  Esto me lleva al próximo punto.
  5. No confundas lo “humano” con lo “buena persona.”   Yo creo que se puede alcanzar el éxito siendo humano.  Como jefe, he recibido criticas por aplicar un estilo colaborativo con mi equipo.  La principal retroalimentación que escucho es que ciertos integrantes de mi equipo se aprovechan de mi bondad.   A eso respondo: prefiero pecar por confiar en la capacidad de cada individuo para tomar decisiones, ser creativo – y en ultimas para ser un humano pensante – que pecar por arriar con una mano dura.  Aunque hay excepciones (¿qué regla no las tiene?), el nivel de motivación de las personas perdura en el tiempo cuando perciben que sus jefes confían en sus habilidades y  respetan su profesionalismo – y reconocen que son humanos.  Siendo así prefiero manejar las excepciones – que perder la oportunidad de sacar lo mejor de cada ser humano en mi equipo.

Si decides desArreglarte – cuéntame: silvanaroiter@gmail.com

Buena semana.

La real (y maravillosa) historia acerca de escribir y publicar un libro, parte II

ChoiceEste post hace parte de la serie especial que celebra la publicación de mi libro ¡desArréglate! – Cambia las reglas de juego y alcanza el éxito profesional, el cual encuentras en las principales librerías y grandes superficies a nivel nacional.

Escribir y publicar un libro ha sido el proyecto de mayor duración en el cual he estado involucrada en toda mi vida (si no cuento mi matrimonio que duró 10 años..)  En un emprendimiento de esa magnitud, la toma de decisiones es inevitable, siendo que es la suma de decisiones lo que conlleva al resultado final.  Visto desde otro ángulo, si no se esta satisfecho con el resultado final, es necesario revisar las decisiones tomadas en el camino. Seguramente se encontrara el origen de la insatisfacción. El quid es que usualmente no existen opciones blanco y negro. Usualmente se nos presenta una paleta de grises de la cual elegir frente a una situación. Esto apunta a la necesidad de tener un proceso para tomar decisiones que considere mas que esto y lo otro. Un proceso robusto, que apoya resultados deseables a largo plazo, es aquel que facilita mirar varios ángulos de una misma situación. Aun en vista de la necesidad de análisis previo a una decisión – insisto en la necesidad de evitar el parálisis por sobre análisis. Es decir, es necesario llegar al borde, para volar.

Entonces ¿qué apoyó mi proceso de decisión frente a las decisiones de mayor impacto frente a escribir y publicar ¡desArréglate!? En resumen, me guié por un proceso compuesto por dos partes; la parte mental, o racional y la emocional, o instintiva.

Aunque sospecho que para algunos suena contra intuitivo iniciar el proceso de decisión haciendo uso de la emoción (conocida también como intuición), cada vez es mas evidente que aquellas decisiones que pasan la prueba del tiempo son las que inicio consultando primero con mi corazón.  Antes de desencadenar el proceso racional, establezco que quiero. Nota el uso del verbo querer – y no necesitar. Entre mas indulgente sea conmigo misma frente a una situación, mas probabilidad tengo de descubrir mi verdad absoluta. Para esto hago la prueba de la bárita mágica. Consiste en preguntarme ¿a que resultado le apuntaría si tuviera una bárita mágica – y pudiera pedir cualquier cosa? Buscar ese mejor escenario parte de mi creencia que me merezco ese mejor escenario. Te invito a creer lo mismo de ti.

Por ejemplo, antes de empezar a escribir ¡desArréglate! necesitaba decidir si escribiría de tiempo completo o si continuaría trabajando – y escribía antes de ir a la oficina y los fines de semana. Al hacer la prueba de la barita mágica descubrí que dedicarme tiempo completo a escribir era lo que mas feliz me haría. Aunque eso fue lo que termine haciendo, antes pase mi mejor escenario por el filtro de la razón.

La parte racional del proceso es bastante mecánica. Consiste en revisar los 360 grados de una situación. Requiere analizar las consecuencias a corto y largo plazo de cada una de las opciones – e identificar una opción A y una opción B. Si es necesario, una opción C.

Frente a si escribía de tiempo completo o seguía empleada, aunque mi corazón deseaba entregarse por completo al proceso de escribir, mi razón veía cuentas por pagar a corto y a largo plazo. Entonces le hice una oferta a mi corazón.  Antes de plasmar la primera letra sobre aquel documento Word en blanco que se convirtió en un manuscrito de mas de 400 paginas, consulte la opinión de varias personas en el mundo editorial acerca de mi idea y mi habilidad de escribir. Con varios vistos buenos en mano, y un proceso de investigación empezado, mi decisión fue un híbrido entre mi corazón y razón. Mi plan inicial fue arriesgar solo 3 meses escribiendo de tiempo completo hasta finalizar el primer borrador de ¡desArréglate!. De esa manera manejaría mi riesgo como escritora de un primer libro.

Una vez finalice el primer borrador, antes de arriesgar mas tiempo, se lo mostré a una amiga que es escritora y editora. Una vez recibí su visto bueno, procedí a invertirle mas tiempo y capital. Contrate a una editora quien me ayudo a pulir el manuscrito y a prepararlo para presentarlo a casas editoras.

Aunque al final mi corazón consiguió lo que quiso, fue un proceso pausado y bien pensado – y no eufórico. Eso le infundio sostenibilidad a mi decisión.

Es cierto que Los Rolling Stones dicen que “…You can’t always get what you want, But if you try sometimes, well, you might find, You get what you need..”.  Mi naturaleza no conformista dice: “Aunque es posible que al final no se obtiene exactamente lo que se quiere, la probabilidad de alcanzarlo – o mismo acercarte – incrementa si sabes cual es tu mejor escenario.”  Hace mucho mas sentido empezar por la cima – y descender – que jamas tener la opción de llegar a tu cima por el simple hecho de no saber cual es.

Buena semana.

La maravillosa (y real) historia acerca de escribir y publicar un libro, parte I

Escribo esta serie de posts a tan solo días de que mi libro ¡desArréglate! – Cambia las reglas de juego y alcanza el éxito profesional  se encuentre en librerías a nivel nacional.  Aunque parte de mi intención al contarles lo siguiente es generar ventas – al fin del día el mayor orgullo de un escritor es ser leído por el mayor numero de lectores (duh. Si se buscara el anonimato, se escribiera un diario privado y se cerraría con candado) – primordialmente, por medio de esta serie de posts busco acercarlos a su propio borde – para que vuelen – y emprendan aquello que han postergado, sea esto escribir un libro, cambiar de trabajo, empezar un negocio, correr una maratón, o escalar Everest.

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