Detrás de la cortina


Por que(Este post es parte de la celebración de la vida de mi madre Sara. La mujer que muchos recuerdan por la canción (I did it) My Way.  Entender – repensar – crear.  Ese es parte del legado que nos dejó.)

En el trabajo, eso de seguir ordenes a ciegas, al estilo soldado raso, esta tan passé.  Y ni hablar de aquellos jefes que ladran órdenes esperando que su equipo las siga inmediatamente.  Esos pertenecen en el siglo pasado.

Sin duda seguir ordenes, como un robot, sin cuestionar, tiene su lugar.  Solo imagina un departamento de emergencia en un hospital.  Buscar entender cada orden costaría vidas. 

En realidad son pocos los ambientes laborales que comandan tal intensidad. En la mayoría, entender la razón de ser de las metas, tareas y demás que nos asignan nuestros jefes es lo que nos hace mejores empleados.  Simplemente porque llenar nuestras acciones con un propósito mayor es lo que nos mantiene interesados, motivados y como consecuencia comprometidos con nuestro trabajo.

Es simple biología.  La región limbica de nuestro cerebro es la parte que siente emociones – como confianza, pasión, motivación. Como tal impulsa nuestro comportamiento y toma de decisiones. Diferente a la neocorteza, que es la parte racional, y el centro del lenguaje y el pensamiento, la región limbica no responde al lenguaje ni a lo racional.  Es decir, no percibe palabras, números, ni hechos. Solo sentimientos. Por ejemplo al ser estimulada de una forma positiva,  es posible sentir confianza hacia alguien o algo.  También de ahí viene eso que denominamos nuestro sexto sentido o cuando decimos que tenemos una corazonada que algo va a pasar o que nuestra alma no esta tranquila con algo – ese es el sistema límbico funcionando. Siendo así, si buscamos trabajar con convicción (que en mi opinión si no es así, para que molestarnos con ir al trabajo), debemos buscar formas de estimular nuestro sistema límbico de forma positiva.  De una forma que nos haga sentir confianza, pasión y motivación. 

Es muy diferente trabajar hacia una meta, tarea y demás simplemente porque si – o peor aun porque nuestro jefe lo ordenó (o ladró) – que hacer la misma actividad porque creemos en ella.  Ya sea porque sentimos que es parte de algo mas grande o que contribuirá a un beneficio mayor.  Aun mas motivador es cuando ese algo mas grande esta en línea con nuestros propios valores y creencias.

Siendo que esta información acerca de cómo funcionan las diferentes regiones de nuestro cerebro es relativamente nueva, son pocos los jefes que la han incorporado en su trabajo.  La mayoría son muy buenos en decir que hacer y como hacerlo.  En hablar de datos y hechos.  En esencia son buenos en espichar los botones de robots – que no tienen sentimientos.  Pocos explican el por qué de sus metas, proyectos y demás.  Pocos nos invitan a ver detrás de la cortina. 

Como los responsables de nuestro éxito y felicidad laboral, es nuestra responsabilidad – no la de nuestros jefes – llenar nuestro trabajo con sentido y propósito y buscar ser parte de algo mas grande.  Especialmente en ambientes que eso no viene de fuentes externas.

Es obvio que ser un empleado más motivado, con mas energía, beneficiará a la compañía donde trabajas.  Infinitamente mas importante es sentir satisfacción profesional ya que es una de las piezas criticas de tu bienestar integral.  Mientras que el dinero es un resultado importante para la existencia de tu carrera, trabajar por más que un sueldo es lo que te dará esa satisfacción.

La forma mas sencilla de encontrarle el sentido y propósito a tu trabajo es preguntar ¿por qué? – con la misma inocencia de una niña de dos años.  “¿Por qué jefe me esta asignando esa meta? ¿Cual es su visión? ¿Que estamos buscando crear?” 

Y si tu jefe confunde tu pasión y convicción con insolencia y despotismo, te aseguro que hay muchos otros que te valorarán

Buena semana.

2 thoughts on “Detrás de la cortina

  1. Pingback: Desde el abismo

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