Empiezo por agradecer a los profesionales que durante el último mes han acudido a mí por ayuda con sus equipos de ventas. Más que cualquier cosa agradezco que hayan confiado en mi una de las principales funciones de un negocio. Para responder a sus correos y llamadas, en este post empiezo una conversación que considero será útil para muchos.
De antemano advierto que la información que encontraras a continuación es lejos de ser exhaustiva. Sin duda es un buen comienzo – más no el fin de la conversación. Y no es porque un post de 1500 palabras no es espacio suficiente para cubrir el tema de ventas. Más bien es porque vender es una maratón – no una carrera de 100 metros. Como tal es un proceso de aprendizaje perpetuo que consiste en trenzar la teoría con la práctica. Entonces, independiente al nivel que te encuentres como vendedora, es decir, si eres primípara (o rookie), o si en tu carrera haz tenido la oportunidad de vender uno que otro producto o servicio, o si eres una vendedora curtida por los años de experiencia, encontraras que este post aporta a tu proceso – mientras corres la maratón. Así sea para acercarte un poco mas al borde y que eventualmente te lances a emprender la función de ventas, o para recalcar lo que ya sabes o acordarte de tus malos hábitos.
Para ayudarte a entender mejor que es vender, empiezo por aclararte lo que no es. Vender no es decir mentiras acerca del producto o servicio que se busca comercializar, como tampoco es manipular a los posibles compradores – conocidos como prospectos en la juerga de ventas. Y el veredicto aun esta por darse si vender es una profesión. Siendo alguien quien empezó a vender desde los 5 años – los mangos del árbol de la casa de mi abuela paterna – considero que vender es un conjunto de competencias que complementan una profesión, sin ser una profesión como tal. Dicho eso, y más aun en vista del número de personas que me ha consultado acerca del tema, considero que saber vender es una necesidad – y no un lujo – para cualquier profesional. Seas cirujana, abogado, atleta, artista, coach, o contadora – entender mas acerca del proceso de ventas es central a tu éxito profesional. Sin endiosar a nuestros colegas vendedores, la función de ventas para cualquier negocio, sea un ejercito de 10,000 empleados o de un hombre, es su oxigeno ya que sin ventas, no importa que tan innovador, único o necesario sea el producto o servicio ofrecido, no existe la sostenibilidad empresarial. Punto.
La buena noticia para los primiparos leyendo este post, es que como cualquier otro conjunto de competencias, es posible aprender a vender. Esto, en vista de que en su esencia, vender es un proceso de comunicación. Es una conversación que se entabla con personas fuera de una empresa (o emprendimiento) con el objetivo de alcanzar un intercambio comercial – eso que llamamos “hacer una venta”. “Hacer una venta” no es el final de la conversación. Más bien marca un cambio en la dinámica de dicha conversación ya que el que compra para de ser prospecto y se convierte en cliente. Alguien con quien sin duda, las empresas que buscan la sostenibilidad, les interesa seguir conversando.
Para ser exitosa, dicha conversación requiere de un balance entre lo técnico y lo intuitivo. Sin duda que hay una reglas del juego definidas – las cuales listo a continuación – y las cuales se pueden aprender sistemáticamente mas que todo por medio de la practica. Saber vender también requiere de un entendimiento de los elementos que no se ven a simple vista – pero que de igual manera se pueden aprender. Como tal, vender es un balance entre ying – lo suave e invisible – y yang – lo duro y obvio.
Empecemos con las herramientas más tangibles que no deben faltar en el maletín de cualquier vendedor:
- Conocer a fondo las características de un producto o servicio y saber como estas brindan beneficios a un prospecto.
- Conocer los diferentes pasos del proceso de ventas; introducir el producto o servicio, demostrar sus beneficios y concluir.
- Saber hacer preguntas – abiertas, cerradas y exploratorias – para entender mejor las necesidades del prospecto.
- Saber responder preguntas – o las comúnmente llamadas objeciones – acerca del producto o servicio.
- Saber pedir la venta – en el momento adecuado. Es decir, cuando ya las principales objeciones se hayan resuelto en la mente del prospecto.
- Optimizar las horas laborales. Vender es un juego de números. Al menos de que vendas algo de tanto lujo, como un viaje a la luna que tu lista de prospectos se reduce a los billonarios, entre mas abarques el universo de prospectos calificados, mas juegan las estadísticas a tu favor de conseguir una venta. Sin duda que en ventas aplica el dicho “si no preguntas, no sabrás. Y si preguntas, lo peor que puede pasar es que te digan que no.” Entonces lograr entablar una conversación de ventas con el mayor número de prospectos, en el menor tiempo posible, es una meta constante de vendedores exitosos. Por ejemplo, para la típica vendedora de farmacéuticos, el parámetro es visitar 8 doctores y 2 farmacias en un día de 8 horas. Eso debería darte una buena idea a que aspirar.
Y para ayudarte a ver lo que no es tan obvio en la conversación de ventas:
- Una continuación no es lo mismo que un avance en el proceso de ventas. Para “hacer una venta” es necesario que existan avances. La diferencia radica en que una continuación es más de lo mismo – como lo es responder la misma pregunta a un prospecto una y otra vez, reunión tras reunión. Un avance seria si en vista de la respuesta que le diste al prospecto este procede a preguntarte acerca de los términos de pago. Saber identificar la diferencia te ayudara a descubrir los mensajes implícitos que dan los prospectos – aquellos que no nos dicen con palabras sino con acciones. Te recuerdo que la falta de acción de un prospecto también es una acción. Si un prospecto continúa en el mismo puesto, es decir sin actuar, ni avanzar, es tu responsabilidad como vendedor averiguar su razón. Averiguar ese mensaje implícito te ayudara a avanzar el proceso de venta. Importantemente, descubrir que el prospecto no va a comprar también es un avance. Por lo menos libera tu tiempo para buscar otros prospectos que posiblemente estén interesados en comprar.
- La confianza es el combustible del proceso de ventas – por tanto busca ganártela del prospecto lo antes posible. Visto desde otro punto, vendedor que miente – pierde. La forma mas rápida de ganarse la confianza de un prospecto es haciéndole una promesa pequeña – una que sea fácil para ti cumplir. En cierta forma es prometer menos para poder cumplir más. Un buen ejemplo es comprometerte a llamar de regreso al prospecto a tal hora de tal día – y hacerlo. Posiblemente no hacerlo no te quite tantos puntos – pero hacerlo, en los ojos del prospecto, te dará muchos puntos.
- Cree en lo que vendes. Más que creer en los beneficios del producto o servicio, es estar de acuerdo con la contribución que hace al mundo la empresa que produce el producto o servicio. Si te suena esto utópico o poco practico, te invito a que lo repienses. Ya que si es el éxito en grande lo que buscas, alinear tus valores personales con tu trabajo es indispensable. Es decir, si lo que buscas alcanzar por medio de tu trabajo es tan solo pagar cuentas, entonces no te preocupes por ser selectivo con la industria y la empresa en que te vinculas. Pero si tu meta es potenciarte como vendedora, procura asociarte con una causa en la que crees. Creer en lo que se vende es el combustible de la pasión. Y pocas técnicas de venta le ganan a la pasión. Piensa en el éxito que alcanzo Steve Jobs. Es el perfecto ejemplo de que no es necesario salvar a las ballenas – para hacer un mundo mejor. Es decir, hoy por hoy hay emprendimientos que trabajan con propósito y a la vez por dinero. Búscalos – y los encontraras.
- Escucha al prospecto – ya que en sus palabras esta la clave para hacer la venta. Aunque parecería que una conversión se entabla con dos o mas personas hablando, en realidad toda conversación también necesita de alguien que escuche. Siendo que información es poder, en ventas es el que escucha el que mas poder tiene. Entonces ¿como pones a hablar al prospecto? Volvamos a tus herramientas yang – haciendo preguntas.
Buena semana.