…A un colega le dan la promoción para la cual aplicaste, aun cuando durante los pasados 5 años que llevas empleada tu desempeño ha sido estelar. El negocio en el cual invertiste gran parte de tus ahorros, después de trabajar 80 horas a la semana, durante 12 meses, solo recobra el monto de la inversión. A otro le dan el puesto para el cual atendiste a cinco entrevistas. La competencia se gana el negocio para el cual llevas negociando 6 meses…
Y así, en el transcurso de la típica vida laboral, continua la lista de intentos comúnmente denominados “fallidos”. Aquellas situaciones que llevan a muchos empleados a preguntarse (hay veces en voz alta): “¡¿Y por que solo a mí me pasa esto!?”
La pregunta es: ¿Realmente es negativo, es decir le resta a tu bienestar, cuando esperas un resultado y obtienes otro?
Al ampliar tu visión y tu ambición, y como consecuencia esperar mas que la satisfacción inmediata, veras que esos intentos supuestamente “fallidos” son realmente lecciones que debes aprender en el camino a tu grandeza. En el balance final, te suman, no te restan bienestar. Es decir, considerados de atrás para adelante, son piezas integrales en el rompecabezas de tu éxito.
Siendo que sospecho que lo anterior a prendido el botón del cinismo de muchos de mis lectores y como tal están ahí pensando: “¿Si es tan bueno fracasar, cuantas veces han fracasado billonarios como Bill Gates, Carlos Slim y Warren Buffet?…Apuesto que nunca!”
Para dejar claro que los grandes son los que mas duro caen, te invito a que por ti misma leas las estadísticas en el siguiente link:
http://abcnews.go.com/Business/Economy/story?id=7056208&page=1#.UCMIEU2PWdw
Y en este:
http://www.vanguardia.com/economia/nacional/169065-el-agridulce-tobogan-de-las-listas-de-millonarios
Veras que sin duda los billonarios también pierden – y cuando pierden, pierden en grande.
Entonces, la próxima vez que te encuentres de cara con lo que habitualmente tildas “fracaso”, detén el piloto automático. En vez de perder tiempo preguntándote: “¿Por que a mi?” y posiblemente considerando la situación una maldición, te invito a preguntarte: “¿Por qué no a mi?” y rápidamente procede a encontrar las lecciones que ahí se encuentran escondidas. Tómalo como un reto y como un paso necesario que le aporta – no le resta – a tu éxito. De la mano, tomar riesgos y sobrepasar retos, son un trampolín – solo para aquellos que aprenden y rápidamente se paran.
Sin duda la marca de una ganadora no es nunca perder o nunca caerse. Es, cuando se pierde o se cae, aprender de la experiencia y rápidamente levantarse para seguir adelante, buscando la próxima victoria.
Buena semana.