Hoy he decidido arriesgarme y escribir acerca de lo que no se – que no se; mis puntos ciegos. Eso que, sin excepción, todo profesional tiene – mas no todos reconocen. Por muchos diplomas y experiencia que tenga un profesional, es imposible saber todo acerca de todo. Dependiendo de cómo perciba cada profesional la inevitable falta de conocimiento o información, la misma puede tornarse en una oportunidad o en una amenaza. La última prevalece con la falta de autoconciencia – y una actitud prehistórica de sabelotodo. En el siglo 21 el conocimiento sigue siendo poder – y se extiende a reconocer que simplemente hay cosas que no se conocen y que ahí yacen oportunidades.
No saber absolutamente todo se torna en una oportunidad porque apunta a aquello que aun no has abarcado – y que si lo haces, posiblemente surjan situaciones nuevas para tu profesión. Es un acto estratégico – no de humildad y buen carácter.
Aquí comparto algunas estrategias que me siguen funcionando:
- Colabora con profesionales que realmente son mejor que tu – y hasta posiblemente admiras. En vez de sentirte amenazada cuando en tu equipo otros saben más – o tienen más experiencia laboral que tu – aprende a verlo como una movida estratégica asociarte con aquellos que traen a la mesa lo que te complementa. No hacerlo es como tratar de armar un rompecabezas cuando todos ponen la misma exacta pieza. Inténtalo.
- La disciplina es un arma de doble filo. Es poderosa cuando conlleva a la perseverancia. Se torna en una amenaza cuando, como una gran sabana, extiende demasiado tu zona de confort a tantas áreas de tu vida, que te tornas rígido y cerrado al cambio. Es clave permanecer suficientemente flexible y abierto a las posibilidades que se encuentran en aquello que no sabes – que no sabes.
- Decir no sé en voz alta actúa como una linterna sobre aspectos para mejorar – y descubrir nuevas oportunidades. Por el contrario, cada vez que te enfrentas a algo que no sabes – y lo niegas sea por negación o por evasión, en esencia estas dejando pasar una oportunidad. Realmente no sabes que oportunidades se encuentran en esa brecha de tu conocimiento – hasta que le apuntas la luz.
- Los comienzos tienden a ser ciegos – y como tal tildados de tropiezos en la oscuridad. Pero te aseguro que el costo de oportunidad de nunca empezar algo es exponencialmente más alto que cualquier costo que representa tu aprendizaje.
Te invito a sacar de tu sabia cabeza el mito que dice que no saber algo es negativo. Más bien ábrete a las posibilidades que se encuentran en todo aquello que no sabes – que no sabes.
Buena semana.