Para los que hemos estado en un barco en alta mar en medio de una tormenta, sabemos lo difícil que es mantener la calma mientras esperamos a que salga el sol. Siendo que cuento acerca de esto, quiere decir que sobreviví para ver el sol luego de una tormenta que estuvo a punto de voltear el velero de 30 pies en el cual navegaba con mi familia en el mar Caribe.
Como una emprendedora serial, quizás ha sido esta la tormenta más dramática que he vivido – mas no ha sido la única. Sospecho que tampoco será la última.
¿Entonces que sabemos los que jamás (de los jamases) tiramos la toalla aun cuando nos encontramos frente a retos exponenciales?
- Rendirse no es una opción. Punto final. Igual que al que quiere/necesita bajar unas libras y como tal no compra dulces para casa y así al momento de buscar algo para comer en la despensa solo encuentra frutas y verduras, lo mismo aplica en el trabajo. Cuando remueves de tu paleta de opciones rendirte, empiezas a encontrar la perseverancia, las posibilidades y las soluciones. Por mucho que uses estas anteriores opciones – y creas que se han acabado – siempre habrá otra opción diferente a rendirte si a si lo decides.
- Tú te rindes. Parecido a un boxeador en el ring de boxeo que decide tirar la toalla o seguir peleando, en el mundo del trabajo nadie se rinde por nosotros. Aunque no controlamos que pasa a nuestro alrededor, si hay tormenta o si hay sol, nosotros si controlamos como respondemos ante situaciones. Así las cosas, frente a la misma situación está en nuestro control si vemos un problema y el final de la línea, y optamos por tirar la toalla, o si vemos un reto, lecciones y oportunidades – y decidimos seguir dando la pelea. La diferencia la marca una sola decisión.
- La experiencia no se puede comprar. Como lo dice el término, es posible pre pararse como profesional por medio de la lectura y la academia. Sin embargo lo que lleva a un profesional a pararse realmente, es su propia experiencia. Es el inventario de retos sobrepasados el que arma la caja de herramientas de un profesional. Aunque es posible aprender de otros, nada enseña como la vivencia en carne propia, mas aun cuando se vive de manera consciente y deliberada.
- Perseverar es una decisión. Así como rendirse es una decisión, también lo es su contraparte la perseverancia. Consiste en entender que la primera (o segunda o tercera) respuesta que encuentras no es la única que existe. En especial si esta respuesta es negativa, entiende que hay respuestas positivas las cuales encontraras por el simple hecho de seguir buscándolas. La clave está en no conformarse con la primera (o segunda o tercera) respuesta hallada y seguir buscando hasta encontrar la que buscas.
- El borde es flexible. Entiende que cuando llegas a lo que percibes como el final de la línea y decides rendirte, es un comportamiento aprendido. Si de lo contrario te hubieran enseñado que cada vez que sientes incomodidad (sea física, o mental o ambas) y que has llegado a tu limite, debes empujar un poco mas, así lo harías. De esa manera, poco a poco ampliaras tu borde, y llegaras más lejos.
Al convertir perseverar y no rendirte jamás en tu modus operandi crearas una experiencia laboral con más soluciones que problemas, más oportunidades que fracasos – más días soleados que lluviosos. Pero no me lo creas a mí – vive para contarlo. Y escríbeme a silvanaroiter@gmail.com
Buena semana.