¿Te acuerdas de una situación – haya sido en una reunión con tu equipo de trabajo o durante un intercambio con tu jefe – cuando pensaste algo diferente a lo que los demás estaban diciendo o decidiendo – y sin embargo te quedaste callada? O ¿Te acuerdas cuando el desempeño de tu cargo dependió del cumplimiento de otros departamentos – y sin embargo cuando incumplieron con sus responsabilidades, cosa que se reflejo negativamente en ti como profesional – no dijiste nada?
Luego de trabajar en más de 10 empresas y observar a más de 100 colegas, concluyo que hay una tendencia a trabajar detrás de una cortina de pasividad falsa. A las mujeres se les escucha decir que dar su opinión o defender su posición es muy agresivo y como tal atentaría contra su feminidad y delicadeza. A los hombres se les escucha decir que exigir más a otros departamentos seria muy agresivo y por tanto poco cul.
La realidad es que no es ser pasivo, femenino, ni masculino quedarse callado o tolerar la falta de responsabilidad de otros departamentos. Es más bien falta de conocer la contraparte de la agresión.
Te presento a la aserción. La nueva bandera de la paz en el trabajo. Definida por la Real Academia Española como la afirmación de la certeza de algo, en términos de tu desempeño como profesional traduce a tener metas claras y a trabajar para alcanzarlas; sea contribuyendo tu opinión, defendiendo tu posición o esperando que los demás equipos cumplan con sus responsabilidades.
La diferencia entre la agresión y la aserción reside en la esencia de cada una. La agresión proviene del miedo. Es una reacción primal del ser humano. Al sentirnos amenazados, atacamos para defendernos. En la ausencia de miedo no puede existir la agresión. Aunque es cuestión de preservación personal, la agresión sigue siendo un acto destructivo. Su contraparte, la aserción, tiene en su esencia la ambición, que por naturaleza es constructiva y racional. La aserción es el camino mas efectivo hacia alcanzar metas. Alcanzar metas en tu trabajo no es agresivo, ni masculino, ni intenso. Es parte integral de una vida profesional sana.
Por empezar, en un equipo de trabajo la diversidad de sus integrantes juega un papel importante. Sin duda el éxito de tu equipo depende, en gran parte, de que seas diferente. Como tal, reservar tu opinión, mas aun cuando es única, en la práctica, es quitarle un recurso valioso al equipo. Por otro lado, al no expresar tus necesidades reales a otros departamentos, atenta contra el desempeño de la empresa en general. Si esto te suena exagerado, te invito a pensar ¿que pasaría si todos tus colegas cerraran un ojo ante otros departamentos – por miedo a ser considerados intensos o agresivos?
Quitemos algo más del camino. Trabajar hacia tus metas profesionales no tiene nada que ver con la expresión de tu genero – o falta de. Es posible ser profesional sin ser masculina – o intenso. Lo uno no excluye a lo otro. Pueden ser parte del mismo paquete.
Entonces si vives detrás del telón, y quieres salir, empieza por aclarar tus metas. Metas claras son el principio de ser más asertiva en el día a día, con tus colegas, jefes, clientes y demás profesionales con quien entras en contacto. Tus metas trabajaran tanto como un farol como una linterna – iluminando tu camino.
Hagas lo que hagas, no lo tomes personalmente. Es el mundo de los negocios.
Buena semana.