Empezando ahora mismo, te invito a que por una semana manejes al trabajo con el radio apagado, hagas ejercicio sin iPod, y te acuestes a dormir con el televisor apagado. Mas que buscar reducir la polución de ruido, busco reducir tus estímulos externos y así ayudarte a sintonizarte a tu vocecita interna. A que escuches y entiendas esa conversación constante que llevas en tu cabeza.
Y si eso de ponerte en contacto con tu vocecita interna te huele a incienso – y te parece que es solo para los alternativos – considera lo siguiente:
- Escuchando el contenido de esa conversación interna, prestando atención al tono que usas y a la intención de lo que dices, lograras entender la causa de tus acciones. Y esto te dará poder para cambiar aquellos comportamientos que no te favorecen y a repetir aquellos que si.
- Prestando atención a tu dialogo interno lograras identificar que te lleva a espichar el gatillo y reaccionar explosivamente ante ciertas situaciones. ¿Por qué, por ejemplo, hay veces que sientes rabia cuando tu jefe te pide un favor y otras veces la ayudas con gusto?
- Familiarizándote con tu vocecita, entenderás que más que la perfección, es la búsqueda de la excelencia lo que te llevara a alcanzar tus metas. ¿Por qué, por ejemplo, antes de tomar una decisión en tu trabajo sobre analizas tanto la situación que terminas paralizada en inacción? ¿Estas buscando alcanzar resultados o evitar el fracaso?
- Entendiendo tu dialogo interno sabrás porque evades por completo ciertas tareas en tu trabajo, otras las dejas para ultimo momento, y sin embargo hay otras que asumes con gusto y casi de inmediato.
Ahora si, ¿te le mides a un poco mas de silencio?
Gracias por la foto Cafe Central.