¡Pop! es el ruido que hacen aquellas ideas que mueren por falta de ser realizadas.
Es por eso que en estos días ando triste. Siento una gran tristeza porque otra idea acaba de morir sin ser debidamente analizada por su gestor.
Y ahí va otra. Y otra. Y otra. ¡Pop! ¡Pop! ¡Pop!
No tenía un especial apego a esa idea – ni a las infinitas que mueren en la vida de una persona. Lo que mas triste me tiene – y quizás un poco frustrada – es que la muerte de gran parte de las ideas es fácilmente prevenible.
Se que suena poco romántico y bastante frío eso de establecer un sistema para abarcar ideas – y eventualmente hacerlas realidad. Especialmente porque gran parte de las ideas nacen cuando estas mirando al techo, dejando tu mente correr. Aun así considero que todas las ideas merecen ser debidamente consideradas antes de dejarlas…!pop!
- Atrápalas – Especialmente si tienes una de esas mentes prolíficas que constantemente produce ideas, recomiendo que cargues elementos para escribir. Aunque se que en los últimos años se a creado una cultura de comprar cuadernos para anotar de marca (que hasta tienen su propio blog), personalmente he hecho un punto de escribir sobre superficies que no estuvieron hechas para ese propósito – como cajitas de fósforos, bolsas para vomito (obviamente sin usar), portavasos, servilletas e individuales de papel. Y si compro un cuaderno, procuro que sea de papel reciclado.
- Marínalas – Una vez atrapo una idea, tan cuanto llego a mi oficina, la escribo en un archivo en mi laptop que llamo W.I.P. (trabajo en progreso). Periódicamente abro este archivo y saco ideas ya sea para un post, taller de coaching y demás. Lo esencial de este sistema es que considero este archivo una despensa donde regularmente me aprovisiono de ideas. No como un depósito donde meto ideas al olvido.
- Decántalas – Por un sin numero de razones, aunque las produces no necesariamente todas tus ideas son realizables. Hoy en día no me frustro cuando eso pasa porque se que el simple proceso de considerar para luego decidir descartar una idea produce otras en mi mente. Entonces recomiendo que consideres tus ideas debidamente porque hasta que no lo hagas no sabrás si son viables. El proceso de análisis lo puedes hacer a solas o apoyarte en alguien de tu plena confianza como una amiga, asesor, colega o familiar. El propósito de este paso es adelantar la idea en el tiempo y observar como evoluciona. Si crece – o ¡pop!
- Aclárala – Antes de entrar a la parte práctica, es decir a responder ¿Cómo haré esta idea realidad?, es esencial que respondas ¿Por qué es importante para mí realizar esta idea? Tu claridad de propósito será el motor de la idea. Especialmente cuando aparezcan retos en tu camino, tener claro porque buscas algo, te ayudara a perseverar hasta sobrepasar esos retos. Entre mas alineado este ese propósito con tus valores, mas fuerza te dará en momentos cuando enfrentes dificultades.
- Prográmala – Con un propósito claro, estas lista para la parte práctica del proceso. Sin duda hay ideas más complejas que otras. La idea para un post es infinitamente más sencilla que la idea para establecer un negocio o hacer una película o escribir un libro. Cuanto tiempo pases planeando dependerá en gran parte de la complejidad de tu idea. Lo importante en este paso es establecer metas alcanzables con fechas de cumplimiento exactas. Recomiendo escribir esta información ya que actuará como un contrato contigo misma. Sin un contrato arriesgas perder interés en realizar tu idea por simple falta de compromiso emocional – y no necesariamente por falta de recursos físicos. Y eso es una desgracia.
- Acciónala – Prestando de la filosofía japonesa Kaizen, que dice que la forma más sostenible de alcanzar metas es por medio de pequeños incrementos, me guío por la Regla de 5. Es decir, para alcanzar mis metas se que lo lograre si tan solo diariamente completo 5 tareas en su función. Lo importante no es el tamaño o complejidad de esas tareas. La constancia es lo que pesa más. Ya que de nada te sirve avanzar tanto un día que quedas agotada y hasta posiblemente hastiada sin ganas de volver a mirar esa idea por días o meses – o aun peor por años. La clave es gozar el camino. Pasito a pasito es la forma más sostenible y divertida de alcanzar metas. Este ritmo lo podrás transferir a tus ideas ad infinitum – y así alcanzar un mayor numero de tu metas.
Y eso es digno de un momento ¡aja!