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El Común Hilo

En un mundo laboral globalizado, donde hay jugadores (y espectadores) de incontables culturas y creencias, sería naïve pretender que solo hay un conjunto de reglas y un modus operandi.  En cuanto trata a buenas practicas de comportamiento, lo que se acepta en Bombay, posiblemente ofenda en Paris.  Lo que hace reír en Shangai, posiblemente cierre puertas en Sao Pablo.

Aun así, existe un hilo común que nos une a todos en el campo de trabajo; seas jefe o empleada/o, empresaria/o o inversionista; trabajes con animo de lucro o sin; o todo lo anterior.  El hilo común es nuestra necesidad más básica como seres humanos: la seguridad. Es esa seguridad que sentimos, o no, en presencia de otros, lo que marca la diferencia entre una mera transacción y una relación – a largo plazo.

Quítale, o atenta en contra de la seguridad de cualquier ser humano, sea tu jefe, colega, socio o cliente y presenciaras una reacción, posiblemente defensiva.  Ofrécela de regreso o desde el comienzo, y presenciaras una respuesta, posiblemente una que juega a favor de tus objetivos.

Como tal, si buscas alcanzar tus objetivos como profesional, incrementaras tus probabilidades convirtiéndote en una fuente de seguridad para las personas con quien interactúas en tu día a día. Seas una profesional que luce stilettos Manolo Blahnik y habla cuatro idiomas, o un profesional con un MBA y un sute de Ermenegildo Zegna, o lleves el pelo morado, tatuaje y botas de combate, o pantalones caquis y una camisa bien planchada,  no estas exento de esta realidad.  Eso es, si al éxito sostenible es a lo que apuntas como profesional.

Entonces ¿cómo suples en los demás su necesidad por la seguridad?  Mas aun, ¿como evitas ser una fuente de inseguridad? 

  1. Resultados – Los resultados de tu trabajo son la primordial evidencia que eres confiable – es decir, que eres una fuente de seguridad.  Así es que, trabajes en carpintería, finanzas, medicina, ventas, pastelería; tus jefes, clientes, pacientes y socios esperan resultados de ti.  Y aunque es estadísticamente probable que cometas errores durante tu carrera, y en ocasiones no entregues los resultados esperados, lo importante es como respondes cuando te equivocas.  Tomando del modelo de Total Quality Management (TQM), que ha contribuido inmensamente a la evolución de la manufactura, la filosofía que mas confiabilidad le inyecta a un proceso es considerar los errores una retroalimentación que contribuye a la mejora continua del mismo.  Es decir, según TQM la meta de cualquier proceso es la excelencia, no la perfección.  Como tal un error es una oportunidad para mejorar, no una amenaza de muerte.  Esta filosofía, aplicada a tu espacio de trabajo, sea este un cubículo, oficina, quirófano, cocina, atelier, insiste en la necesidad de ser proactiva ante tu errores.  Es decir, frente a errores, lo que mejorara tu capacidad de entregar resultados consistentemente, es pausar, escuchar, buscar entender la causa (o causas), y aprender al máximo de la situación para luego aplicar esas lecciones y de esa manera reducir la probabilidad de re incidencia.  Si un error es un hongo que buscas erradicar, es necesario ponerle la luz, ya que si lo dejas si enfrentar, en la oscuridad, este se multiplicara.
  2. Predecibilidad (productiva) – Aunque sorprender a otra persona quizás enamore más que ser predecible, en el ámbito laboral te ganara mas respeto ser constante – y hasta ser tildada aburrida.  Dicho lo anterior, ser predecible no excluye ser creativo e innovador.  Tampoco implica perder tu personalidad.  Pocas cosas hacen sentir tan inseguros a tantos seres humanos como el cambio, ya que pasar de lo conocido a lo desconocido es percibido instintivamente, por nuestros sentidos, como riesgoso.  Requiere uso de razón no sentirse amenazado por el cambio y ver oportunidades.  Como tal, la predecibilidad, es decir la ausencia de cambio y riesgo, es una de las fuentes principales de seguridad.  Y no existe  un camino corto hacia este fin ya que tus acciones – y no tus palabras – son las que hacen de ti una persona predecible, y como tal confiable.  Claro esta, también puedes ser predecible en el sentido negativo – y crear una reputación por medio de tu falta de acción.  Que eres una persona que dice y no hace, constantemente.  Así que si dices que harás algo, hazlo.  Y por amor a tu marca propia, responde a correos electrónicos y mensajes en tu buzón de voz dentro de un día laboral.
  3. Eficiencia – Aunque la eficiencia por lo general genera rapidez, se puede ser eficiente, sin necesariamente ser el más rápido.  Esto se debe a que el objetivo principal de la eficiencia no es la rapidez, es optimizar recursos.  Como tal, no es suficiente ser rápido para conseguir la eficiencia. Ser eficiente en tu día a día, y hacer el mejor uso de recursos, como tu tiempo y materiales de trabajo, es función de entender que cada tarea, por mas nano que aparente ser, forma parte importante de un todo mas grande; de la visión empresarial y un plan estratégico.  Es precisamente tu conocimiento macro el que te llevan a dar mejor uso de los recursos.  Visto de otra manera, una filosofía de eficiencia reduce el desperdicio y desentorpece.  Cosa que aporta a la consistencia de resultados y como tal inspira seguridad.

Y cuando tengas alguna duda acerca de cómo inspirar seguridad en los demás, cosa que juega en función de tus metas, apóyate en la Regla de Oro: Hazle a los demás lo que te gusta que te hagan a ti. Es decir, no hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti.

Buena semana.