¡Fuego!


(Modo de Uso: Leer escuchando la canción de Bomba Estereo. Repetir ad infinitum.)

Como miembro de la cuarta generación de una familia de inmigrantes, se bien que es crecer con privilegios.  Privilegios que mis antecesores, halados por necesidades básicas, no tuvieron.  Más aun, es gracias al esfuerzo de mis bisabuelos, abuelos y padres que gocé de una crianza que la mayoría consideraría privilegiada.  Por empezar pertenezco a la primera generación de mujeres en mi familia con un diploma universitario.

Flotando en medio de este mar de privilegios, mi función es clara.  Diferente a la tarea de mis antecesores quienes fundaron un legado, la mia es dar continuidad a eso que ellos que crearon.  

Así como yo, es evidente que en el mundo laboral – incluyendo empresas y el ámbito de la política – hay un número significante de miembros de la cuarta, tercera y segunda generación que hoy por hoy están frente al reto de mantener y fortalecer la antorcha que les ha pasado la generación anterior – para así pasarla a generaciones futuras. 

Como generación, mantener el fuego prendido será nuestro mayor legado.

Luego de observar casos exitosos, como la familia Smurfit (que hoy en día lidera SmurfitKappa) y la familia Boehringer (de la farmacéutica Boehringer-Ingelheim, que entre otros logros trajeron al mercado la Buscapina), al igual que observar fracasos, cuyos nombres no revelare ya que poco aportan a la conversación, he aquí la formula para lograr dejar un legado a pesar de no haberlo creado desde cero: 

(P)rivilegio + (R)esponsabilidad = (P)oder

Es decir, un privilegio utilizado responsablemente genera poder.

No es el tipo de poder destructivo que más que otra cosa alimenta al ego del que lo cree tener.  En vez es poder sostenible que como tal genera un impacto positivo a su alrededor.  Esto, gracias a que en muchas formas, un privilegio aprovechado responsablemente crea oportunidades.

Lo contrario, un privilegio despilfarrado o abusado, atenta contra la continuidad del mismo – y sin duda da un mal nombre a quienes ya tenemos el estigma de haber crecido con una cuchara de plata en la boca.

Para que no cargues en la frente el tatuaje “hijo/a de papi”, a continuación comparto algunas reglas del juego.  Te ayudaran a sacar el mejor provecho de lo que te han dejado tus antecesores: 

  1. Más que un privilegio – te han dado una responsabilidad.  A pesar de todos los privilegios que posiblemente trae un legado, al centro de esos lujos se encuentra la responsabilidad.  La responsabilidad de mantener la antorcha prendida para pasarla a la siguiente generación es la goma de ese legado.  Por tanto permitirá dar sostenibilidad al legado. Sin esa goma, se arriesga perder todo lo que tomo generaciones en desarrollar.
  2. El legado de generaciones anteriores no son tu derecho.  Sin duda que aquellos que empezaron de cero tienen la opción de entregarte su legado o de escoger a otros para que lo continúen. Siendo así, empieza por agradecer que te han escogido – y busca aprovechar la oportunidad – al máximo.  Siendo ese el estado mental que más aporta a tu éxito. Creer, aunque sea por un nanosegundo, que el legado de tu familia es tu derecho de nacimiento atenta contra tu visión.  Aparte de estar errado, en muchas formas, es auto saboteo.
  3. El poder no se hereda.  Dentro de aquella caja imaginaria que contiene todo lo que se hereda, no vienen el poder – ni el respeto.  En cierta forma, te entregan el carro, pero con el tanque vacío.  Lo llenaras con tus propios meritos y competencias. 
  4. Heredar no te exonera de la necesidad de crear tu propia sombra.  La mejor forma de crear tu propia sombra es usar lo que ya hay construido como un trampolín a cosas mas grandes y mejores.  Sin duda que dar continuidad a un legado es una labor tan respetable como crearlo de cero.  Eso es, si logras llegar más lejos que los fundadores y dar continuidad. Esta en tus manos.
  5. La experiencia externa paga. Como alguien que trabajó por fuera del negocio de la familia por mas de una década, se lo valioso que es.  Por empezar te da la oportunidad de ganar tu independencia ya que te desarrollas profesionalmente lejos de la protección familiar. Por tanto desarrollas competencias y tu propia voz  – sin influencias de la familia.  Con independencia en mano, tienes las herramientas para trabajar interdependientemente en el negocio de familia, aportando elementos nuevos y una perspectiva fresca.  Claro esta, bajo la óptica apropiada y con un programa de sucesión bien diseñado, también es posible formarse dentro del negocio familiar desde el comienzo de tu carrera.

En la practica, los retos de dar continuidad son iguales y en ocasiones mayores a los de empezar de cero.  Tomando de la Física, que dice que gracias a la fuerza de la inercia se requiere mas esfuerzo y combustible despegar un cohete que continuar su movimiento – también es un reto montarse a un cohete mientras viaja a altas velocidades.

Buena semana.

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